La hidrocefalia (agua en la cabeza) es una
enfermedad que se caracteriza por existir un exceso de Líquido cefalorraquídeo
(liquido acuoso que baña el cerebro) en el interior de los ventrículos cerebrales (cavidades que existen en el interior del cerebro comunicadas entre
sí). Este acúmulo de líquido aumenta la presión en el interior de la cavidad
intracraneal y comprime el cerebro lesionándolo a veces de forma irreversible.
La causa de la hidrocefalia generalmente es una
obstrucción en la circulación del líquido cefalorraquídeo, que puede ser:
Congénita, es decir presente en el momento del nacimiento, o adquirida o
causada por una lesión o enfermedad cerebral en el transcurso de la vida.
La hidrocefalia congénita se produce por
malformaciones cerebrales durante la gestación, que impiden la circulación del
líquido cefalorraquídeo. Es una enfermedad relativamente frecuente, ya que
afecta aproximadamente a 5 niños de cada 10.000 nacidos.
La hidrocefalia adquirida es causada por
lesiones o enfermedades cerebrales que impiden la circulación o la reabsorción
del Líquido cefalorraquídeo tales como tumores cerebrales, hemorragias
intracraneales, o infecciones como meningitis.
Los síntomas que provoca la hidrocefalia son
consecuencia del aumento de la presión intracraneal, y estos síntomas serán
distintos según la edad del enfermo y la velocidad del aumento de la presión.
En los niños recién nacidos y en los lactantes
que no tengan cerrada todavía las suturas craneales, se produce un crecimiento
excesivo de la cabeza con separación de los huesos craneales y aumento de
presión en la fontanela (superficie blanda sin hueso entre los huesos
parietales y el frontal). También se hinchan las venas superficiales del cráneo
y los ojos tienden a mirar hacia abajo (Ojos en sol poniente).
El niño está
cada vez más irritable y suele vomitar. La hidrocefalia congénita cuando se
deja evolucionar sin tratamiento, produce la muerte del paciente en más de la
mitad de los casos. Entre los supervivientes, la mayoría tiene un déficit neurológico
severo y un retraso intelectual profundo. El 24% de estos supervivientes
presentan un déficit leve y sólo un 10% aproximadamente pueden ser considerados
normales.
En los niños mayores y en los adultos cuando la
hidrocefalia se instaura rápidamente y produce un gran aumento de presión
intracraneal; provoca un intenso dolor de cabeza que se acompaña de vómitos y
somnolencia que puede ir evolucionando hasta entrar en un estado de coma y
finalmente la muerte si no se pone tratamiento. Cuando la hidrocefalia se
instaura lentamente; entran en juego mecanismos compensadores y los síntomas
que se producen son: dolor de cabeza, sobre todo de madrugada, que despierta al
enfermo, vómitos tras los cuales, suele remitir el dolor de cabeza.
Cambio de
carácter con retraimiento progresivo. Afectación progresiva de la visión que
puede terminar en ceguera por hinchazón y ulterior atrofia de las papílas de
los nervios ópticos en las retinas.
El tratamiento de la hidrocefalia consiste en
restablecer la circulación y absorción del líquido cefalorraquídeo comunicando
entre sí las vías por las que circula, extirpando el tumor o lesión que
obstruía estas vías, o en conducir o derivar el líquido cefalorraquídeo fuera
de la cavidad craneal a otros lugares del cuerpo donde se pueda reabsorber
fácilmente a la sangre, como la cavidad abdominal o la aurícula derecha del
corazón.
Esta derivación del líquido cefalorraquídeo se realiza mediante un
tubo delgado de silicona con una válvula unidireccional para impedir el reflujo
al cerebro que discurre entre la cabeza y el tórax o abdomen por debajo de la
piel. Estos dispositivos en lenguaje coloquial se denominan
"válvulas" y existe una gran variedad en el mercado.
En muchos casos se puede salvar la obstrucción
entre los ventrículos cerebrales y el espacio que rodea al cerebro (espacio
subaracnoideo) practicando un orificio en una zona muy delgada de la pared del
cerebro mediante un endoscopio introducido en los ventrículos cerebrales
comunicando éstos con el espacio subaracnoideo (Ventrículo cisternostomía del
III ventrículo).
Actualmente el tratamiento quirúrgico de la
hidrocefalia es muy gratificante, ya que con intervenciones relativamente
sencillas, se pueden recuperar y prevenir deterioros intelectuales y déficits
neurológicos importantes. Los avances en el diagnóstico y tratamiento de la
hidrocefalia han permitido una reducción drástica de la mortalidad y una
mejoría importante de la calidad de vida, así como, de la situación neurológica
y mental de la mayoría de los pacientes.
La hidrocefalia adquirida es causada por lesiones o enfermedades cerebrales que impiden la circulación o la reabsorción del Líquido cefalorraquídeo tales como tumores cerebrales, hemorragias intracraneales, o infecciones como meningitis.
El niño está cada vez más irritable y suele vomitar. La hidrocefalia congénita cuando se deja evolucionar sin tratamiento, produce la muerte del paciente en más de la mitad de los casos. Entre los supervivientes, la mayoría tiene un déficit neurológico severo y un retraso intelectual profundo. El 24% de estos supervivientes presentan un déficit leve y sólo un 10% aproximadamente pueden ser considerados normales.
Cambio de carácter con retraimiento progresivo. Afectación progresiva de la visión que puede terminar en ceguera por hinchazón y ulterior atrofia de las papílas de los nervios ópticos en las retinas.
El tratamiento de la hidrocefalia consiste en restablecer la circulación y absorción del líquido cefalorraquídeo comunicando entre sí las vías por las que circula, extirpando el tumor o lesión que obstruía estas vías, o en conducir o derivar el líquido cefalorraquídeo fuera de la cavidad craneal a otros lugares del cuerpo donde se pueda reabsorber fácilmente a la sangre, como la cavidad abdominal o la aurícula derecha del corazón.
Esta derivación del líquido cefalorraquídeo se realiza mediante un tubo delgado de silicona con una válvula unidireccional para impedir el reflujo al cerebro que discurre entre la cabeza y el tórax o abdomen por debajo de la piel. Estos dispositivos en lenguaje coloquial se denominan "válvulas" y existe una gran variedad en el mercado.
Actualmente el tratamiento quirúrgico de la hidrocefalia es muy gratificante, ya que con intervenciones relativamente sencillas, se pueden recuperar y prevenir deterioros intelectuales y déficits neurológicos importantes. Los avances en el diagnóstico y tratamiento de la hidrocefalia han permitido una reducción drástica de la mortalidad y una mejoría importante de la calidad de vida, así como, de la situación neurológica y mental de la mayoría de los pacientes.
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